Desconozco el lugar de la imagen y el autor de la misma, solo tengo el dato de que fue hecha alrededor de 1900. En cualquier caso lo que se muestra a mis ojos la hace casi mágica por lo que transmite.
La mayoría de los paseantes están distraídos con algo que les hace mirar hacia la derecha, y los pequeños se entretienen jugando en las charcas que deja la marea en su bajamar. Al fondo, semiborrosa, la ciudad espera su regreso.
Pero lo que a mí me intriga es la niña que aparece en primer plano manejando ensimismada un barquito tirado por una cuerda, en un charco de agua a modo de riachuelo.
Me pregunto si dentro de ese barquito habrá metido todos sus sueños para enviarlos lejos, a un remoto lugar donde guardarlos y que no se le pierdan nunca.
